LÍNEA DEL TIEMPO DE LA HISTORIA DE LOS LENTES DE CONTACTO
Tradicionalmente, se atribuye a Leonardo da Vinci (1452-1519) la primera descripción de un dispositivo que podría asimilarse a una lente de contacto (Codex D, Folio 3, verso). Según estudiaron Hofstetter y Graham, Leonardo añadió en el margen de uno de sus escritos el dibujo de un sistema óptico consistente en una semiesfera de vidrio llena de agua y con un rostro sumergido en ésta. La relación de este esquema con las lentes de contacto deriva sólo del hecho de que los ojos están en contacto con el agua, pero Leonardo dibujó también lo que, para Hofstetter y Graham, son unas lentillas semejantes a las actuales, así como la ampolla de cristal de la que debían tallarse.
Una sugerencia semejante formuló en 1637 René Descartes (1596-1650) cuando escribió: "Si uno aplicase sobre el ojo un tubo lleno de agua, en cuyo extremo hay un vidrio en forma exactamente igual a la piel (córnea) no existiría refracción alguna a la entrada del ojo.
Resulta sumamente interesante advertir que Descartes consideraba que su idea no era práctica debido a las dificultades para obtener un vidrio de radio adecuado en el extremo del tubo, colocar éste en contacto con el globo ocular y mantenerlo en posición correcta. Por tales dificultades admitidas a priori, optó por un simple cono de vidrio, anticipándose así al cono diseñado por Steinheil a mediados del siglo XIX.
Esta proposición fue reconsiderada y perfeccionada por el matemático francés Philippe de la Hire (1640-1718) en 1685, quien sugirió utilizar un "vidrio" cóncavo sobre el globo ocular: La curvatura interna del vidrio debería ser igual a la curvatura de la córnea, eliminando así la refracción de la córnea y el humor acuoso y el vidrio pueden ser considerados como el mismo medio óptico.
Es generalmente aceptado que fue Thomas Young (1773-1829) el primero en concebir en 1801 la modificación de la refracción del ojo mediante un sistema dióptrico aplicado a la córnea. Su mecanismo, que más tarde se conoció con la denominación de "hidrodiascopio" (Lohnstein, 1896), era un tubo de un cuarto de pulgada de longitud. En uno de sus extremos Young colocó una lente pequeña. El terminal ocular del dispositivo estaba rodeado de cera y el tubo estaba lleno de agua. El autor aplicó el instrumento descrito a su ojo y experimentó con su propia acomodación y astigmatismo.
La descripción de Young era la siguiente: "De un pequeño microscopio para las investigaciones botánicas he extraído una lente bicóncava de aproximadamente 20 milímetros de distancia focal. He colocado esta lente en un pequeño tubo de 5 milímetros de longitud que he recubierto con un poco de cera y llenado en tres cuartas partes con agua fría. Lo he aplicado a mi ojo, de tal manera que la córnea penetró en su mitad en el tubo y se encontraba en todas partes en contacto con el agua: el ojo se hizo inmediatamente hipermetrópico".
Su intención era simplemente eliminar la córnea, con sus frecuentes irregularidades ópticas, del sistema dióptrico del ojo y sustituirla por una lente bien tallada, lo que resultaba lógico dado que el humor acuoso, la córnea y el agua tienen casi el mismo índice de refracción y por tanto actúan como un único medio óptico. Así, las lentes de contacto actuales parten de este mismo principio.
Young nunca pretendió que este dispositivo sirviese para corregir cualquier tipo de ametropía, pero su invención resultó un elemento básico para plantear esta posibilidad de corrección óptica por procedimientos distintos a las gafas comunes.
Sir John Frederick William Herschel, "the young" (1792-1871), aportó en 1823 una interpretación teórica y justificó la posible aplicación práctica de las lentes de contacto. Herschel sugirió que era posible corregir el astigmatismo por este ingenioso procedimiento. Mencionó también que podía obtenerse un molde del ojo y consecutivamente tallar un cristal de la forma y dimensiones correspondientes. Propuso la posibilidad de corregir la ametropía astigmática aplicando al ojo una cápsula de vidrio llena de sustancia gelatinosa de origen animal, pero su idea no tuvo éxito. La exponía así en una nota al pie en la Encyclopedia Metropolitana: "En algunos casos de irregularidades de la córnea sería interesante experimentar si poniendo algunos geles transparentes de origen animal, contenidos en una cápsula esférica de vidrio, en contacto con la superficie del ojo, podría conseguirse una visión nítida, siquiera transitoria; o si podría tomarse un molde verdadero de la córnea y traspasarlo a un medio transparente."
En 1827, Sir George Biddel Airy (1801-1892) informó en las Transactions of the Cambridge Philosophical Society sobre la aplicación de lentes capaces de corregir el defecto óptico que él mismo padecía: el astigmatismo.
Desde los tiempos de Herschel hasta 1887, la cuestión de la corrección de las ametropías mediante dispositivos en contacto directo con la superficie ocular permaneció en suspenso. William White Cooper (1816-1886) sugirió colocar sobre el ojo que había sufrido una grave quemadura una "máscara de vidrio para prevenir el simbléfaron".
Fue Edwin Theodor Saemisch (1833-1909), profesor de la Universidad de Bonn, el primero que hizo uso práctico de las lentes de contacto en 1887. Uno de sus pacientes era ciego de un ojo y tenía un tumor maligno en el párpado del otro ojo. Saemisch propuso la excisión de la parte correspondiente del párpado superior pero en tal caso la córnea quedaba expuesta permanentemente. F. A. Müller, un experto fabricante de ojos artificiales de Wiesbaden, elaboró un cristal protector para aplicarlo sobre el ojo operado y proteger el segmento anterior del globo ocular del riesgo que entrañaba la lagoftalmía. El paciente utilizó la lente de contacto con comodidad y conservó la córnea transparente hasta su muerte 21 años después. Debe recordarse otro caso con éxito de Müller en 1892. Fabricó una lente similar para un paciente que tenía entropión y tracoma. El autor advertía que el objetivo de dicha lente era proteger el ojo, no corregir la ametropía.
Saemisch fue el primero en aplicar una lente de contacto al ojo; lo hizo con fines de protección y no con fines ópticos.
Poco después del caso original de Saemisch, Fick, Kalt y Müller trabajaron de forma independiente en las lentes de contacto. En 1888, Adolph Eugen Fick (1853-1937), médico de Zurich, obtuvo con yeso moldes de ojos de ratón. Su proyecto era la corrección óptica del astigmatismo corneal irregular, que resultaba muy insatisfactoria por los procedimientos habituales. Para estos casos, Franciscus Cornelis Donders (1818-1889) había recomendado el uso de lentes estenopeicas. Tanto él como su colaboradorvan Winjngaarden habían utilizado este procedimiento con cierto éxito para la visión de cerca. Para la visión de lejos no resultaban útiles estas lentes, debido a la reducción de campo visual, que prácticamente incapacitaba para la deambulación (1887). Fick sostenía que lo que se necesitaba era sustituir la superficie irregular de la córnea por otra que fuese regular y adaptable a ella. Para la confirmación de este criterio fue muy importante la aportación, en 1881, del oftalmómetro-queratómetro por Emile Javal (1839-1907) y un selecto grupo de colaboradores entre los que es imperativo mencionar a Hjalmar August Schiötz (1850-1927), ya que este aparato permitió poner de manifiesto las irregularidades de la superficie corneal e incluso obtener ciertas medidas muy valiosas para los diseños lenticulares.
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